Ellos bailan con sus cantos, hablan con su mirada y cautivan con su sonrisa

26 de Abril de 2023

Es difícil poner palabras a esta vivencia, cuando todavía las reflexiones, emociones y sentimientos están a flor de piel, y aún no logran madurar, ya que cada día se vivencia algo diferente, haciendo ardua la tarea de describir mis primeros pasos en la tierra Samburu. Tierra completamente desigual a de donde provengo en muchísimos sentidos. Comenzando por el ecosistema, donde la flora y fauna son distintos, no es común caminar y encontrarte con manadas de elefantes, camellos y hatos de cabras, en el cual los pájaros vislumbran con su coloridos plumajes y  sus bellos cantos al amanecer y durante todo el día, en donde no existe la contaminación lumínica y las estrellas brillan más que nunca en luna nueva y así también lo hace ella en luna llena, prestándole el servicio a los pastores para poder caminar a lo largo de la sabana agreste, semi árida y semi desértica, llena de acacias y plantas nativas, con mayor tranquilidad y seguridad, acto que cuesta imaginar. 

Siguiendo por la sociedad, la cual es netamente pastoralista, que tiene una rutina muy diferente a la que estoy acostumbrado. Aquí no existe la rutina de cumplir horarios, de mirar el calendario e ir al trabajo. Ellos van viviendo el día a día, como pueden se las ingenian, donde los hombres se levantan y se sientan a conversar debajo de la sombra de algún arbolito para decidir el futuro de la aldea, los niños cuidan el ganado en el medio de la sabana, descalzos y sin gorra enfrentándose a cualquier adversidad y las mujeres se encargan de TODO el trabajo duro para mantener a la familia. Donde su cultura es complemente disímil, interesante e impactante a la vez, desde la organización familiar, quienes toman las decisiones, el matrimonio, la muerte, sus creencias, sus vestimentas y accesorios, etc; y demás cuestiones que en su cultura están permitidas pero que para la nuestra son éticamente inmorales e inaceptables como el abandono, la poligamia y la ablación femenina y masculina. 

Agradezco estar acompañado del Partner local, ya que sin ellos nada de esto seria posible. Ellos hacen presencia en comunidades establecidas y  semi-nómades con necesidades, brindando servicios múltiples y sin mirar las agujas del reloj, además de cumplir su rol en estos pueblos, siendo un gran ejemplo de entrega y prestación, haciéndonos parte de su cotidianidad. Donde gracias a ellos aprendo mucho más de la cultura, ya que la comunicación con las personas locales es muy difícil por la barrera idiomática.  

Actualmente estoy haciendo un gran esfuerzo para aprender kiswahili y kisamburu, para por lo menos poder comunicarme directamente con ellos en el día a día, aprendiendo lo básico como saludos, presentaciones y frases armadas, en donde muchas veces sin entender las palabras, una mirada y un gesto bastan para entender que sufren de hambre y sed. Ellos bailan con sus cantos, hablan con su mirada y cautivan con su sonrisa. Podría escribir tantas líneas más sobre esta experiencia pero invito a colegas agrónomos, médicos, profesores, demás profesionales o cualquier persona a que se anime a compartir su talento, conocimiento, sabiduría y su tiempo con los más necesitados y abandonados, como aquí o en cualquier otra parte del mundo, donde el fin no es enriquecerse en dinero, sino en humanidad, y así poder vivenciar lo que yo estoy viviendo, en  el cual se puede descubrir el dolor, la alegría y el amor de esta gente, los cuales se convierten en el dolor, alegría, amor y esperanza para uno mismo también.

Agustín Pereyra
Voluntario agrónomo
Africa Dream