Soy Laura Núñez Bruna, nutricionista dietista de profesión. Participe del voluntariado en Etiopía desde abril 2023 a septiembre 2023.
Realice mi voluntariado en la localidad de Dilla, en la región de Oromo, Gedeo Zone. Dilla es un pueblo pequeño, cuenta con una carretera principal de asfalto, sin embargo el resto del pueblo tiene calles de piedra/cemento o tierra, las cuales, a pesar de llover todo el año, son bastante bien cuidadas. Cuenta con pequeñas casas de material resistente para la población más acomodada y casas tradicionales (Tukul) o carpas para la población menos acomodada. Es un lugar bastante cálido, tanto en clima como en su gente, las personas en general reciben muy bien al extranjero y llegan a tomar mucho cariño.
Durante mi estadía de 6 meses me tocó la temporada de lluvias, por lo que pude ver la gran vegetación que tienen y disfrutar del clima. Además de conocer animales que no había visto antes, como hipopótamos y camélidos.
Si bien no es una gran ciudad, Dilla cuenta con todos los servicios básicos como agua, electricidad, pequeños mercados, banco, hoteles, restoranes, entre otros.
Yo particularmente viví en un compound salesiano, por lo que contaba con una casa, habitación privada, baño privado, internet, y todas las comodidades posibles.
Durante mi voluntariado me dediqué a realizar bastantes labores diferentes, tanto en mi profesión como en otras áreas. Mi principal trabajo fue como nutricionista en el programa de desnutrición Faffa, que tiene como objetivo mejorar el estado nutricional de los beneficiarios a través de la entrega de un alimento fortificado “Harina Faffa”, donde se entregan 3kg semanales por beneficiario o familia. Debido a que este proyecto nació sin mayor intervención de profesional nutricionista, logré realizar cambios importantes y estandarizar las mediciones antropométricas y dejar un manual de evaluación nutricional. Además de esto participé en un centro de salud, realizando atenciones a pacientes, ayudando en laboratorio, organizando farmacia, traduciendo proyectos, digitalizando información, realizando visitas a domicilio, etc. También en mis tiempos libres ayudé en un comedor donde entregan almuerzos de manera gratuita a la población más pobre del pueblo (aprox 300 niños y madres embarazadas), sirviendo comida, retirando platos y posteriormente lavando vajilla.
Podría hablar todo el día de las enseñanzas profesionales y personales que me dejó esta experiencia, lo cual agradezco mucho. En cuando a mi profesión pude obtener
más práctica con respecto a la atención del paciente desnutrido, aprendí a identificar ciertas afecciones poco comunes en Chile, como parasitosis, afecciones a la piel severas, rabia por mordida de animales salvajes, malaria, enfermedades de transmisión sexual, etc. En la parte personal pude mejorar mucho la tolerancia a frustración, empatía, resiliencia, además de aprender a pasar tiempo conmigo misma y disfrutar de las pequeñas cosas. Pude además compartir con otras compañeras voluntarias extranjeras, específicamente de España, Polonia y Corea del sur, lo cual me enriqueció bastante personalmente, aprendiendo distintos idiomas, gastronomía y cultura. Los amigos que hice en Etiopía se esforzaron bastante en enseñarme el idioma oficial, por lo que en mis últimos meses ya pude comunicarme mejor con ellos en su idioma oficial Amhárico. También mejoré mi nivel de inglés, al estar obligada a hablarlo diariamente, para poder darme a entender con otras personas.
Actualmente me dedico a algo similar de lo que hice el año pasado en Etiopía, me encuentro trabajando como nutricionista en atención primaria de salud en un centro médico de la Universidad Católica del Norte, mi alma mater. Por lo que atiendo pacientes en box, desde lactantes a adultos mayores y además ejerzo como docente asistencial para los estudiantes de la carrera de nutrición y dietética, orientándolos en el quehacer profesional. También me encuentro como voluntaria activa en un voluntariado dirigido para nutricionistas “Nutrición sin fronteras”, donde realizamos ayuda social dentro de nuestro país.
Recomiendo totalmente hacer esta experiencia, especialmente para mis colegas nutricionistas, que muchas veces salimos poco de nuestra zona de confort y por lo mismo tenemos en general una mala percepción de la gente, versus otras carreras del área de la salud. El continente africano cuenta con pocos profesionales del área y son poco especializados, por lo que cualquier ayuda es muy bien recibida, aún hay mucho por hacer. Además es una experiencia que cambia la vida y que a pesar de tener un costo económico y personal, deja muchísimas enseñanzas positivas.
Laura Núñez B.
Voluntaria Nutricionista
Etiopia 2023