El voluntariado de Africa Dream se vive en terreno, el resto es imaginación y elucubración de lo que podría ser, o como seria yo estando allá. Ósea sueños mágicos. Un voluntariado no es mágico, sino más bien es real y lleno de descubrimientos externos, lo que se refiere a la cultura, el estilo de vida, el clima, es tangible.
El gran descubrimiento es en lo interno, el desafío que se tiene en una experiencia transcultural, en un continente tan opuesto a lo acostumbrado. No es regla general, ahora bien, el voluntario asume rápidamente nuevos aprendizajes, como es el relacionarse con lo diverso, el sentirse distinto, y el actuar con sencillez si desea ser aceptado y entiende que esta es una experiencia transformadora y no colonizadora.
La transformación es personal, en la intimidad uno hace el resumen de aquello que traía preestablecido y que con los días va cambiando la mirada de mundo. En ocasiones, nos gusta más volver a los novelístico, a ser “Don Quijote”, nos volcamos al sueño mágico y a lo heroico, donde según yo hay miles de cosas por “arreglar”.
Una vez más nos traicionamos pues es sencillamente no aceptar los procesos culturales, las formas distintas de cómo se pueden hacer las cosas, con tiempos locales, en otras condiciones y con otro raciocinio. Finalmente, si concluimos que el hacer no es tan relevante en el voluntariado sino el SER, todo seria más fácil, pues sencillamente te invita a ser en un contexto nuevo.
Es por ello por lo que un voluntariado con Africa Dream, no solo te desafía, sino que a la vez te marca, pues, la experiencia es vida.
Rodrigo Mercado C.
Director ejecutivo
Africa Dream