Una experiencia que transformó mi vida: el poder del voluntariado y el intercambio cultural

20 de Noviembre de 2025

Hay experiencias que no solo marcan un antes y un después, sino que te transforman desde adentro. Mi voluntariado en África fue una de ellas. Fui con la intención de aportar, de entregar algo de mí… pero lo que recibí superó cualquier expectativa. Terminó siendo una lección de vida, un espejo que me devolvió preguntas profundas sobre mis prioridades, mis valores y mi propósito en la vida.

Llegué a un hogar de niños con capacidades diferentes donde el tiempo parecía tener otro ritmo. Donde las sonrisas eran sinceras, las manos se tendían sin pedir nada a cambio y la vida se disfrutaba desde lo esencial. En cada día de trabajo, en cada conversación con mis compañeros, con los niños, comprendí que el intercambio cultural no es solo una oportunidad para enseñar, sino, sobre todo, para aprender. Aprender de la resiliencia, de la alegría en la simplicidad y de la fuerza de las comunidades que, aun con poco, logran tanto, y comparten lo poco que tienen.

Esa experiencia me desarmó y me reconstruyó. Volví a Chile con una mirada distinta, con el corazón lleno de gratitud y una certeza que ya no me dejaba en paz: no quería seguir en la rutina que llevaba, necesitaba reconectarme con lo esencial, con las personas, con la vida misma. Por años había trabajado en una importante empresa multinacional en Santiago, con un futuro profesional prometedor. Pero después de África, esa proyección ya no me llenaba. Comprendí que el verdadero éxito no está en los ascensos ni en los títulos, sino en la coherencia entre lo que hacemos y lo que creemos.

Por eso tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: dejar Santiago, ir a vivir a la V Región y comenzar de nuevo, tanto en lo profesional como en lo personal. Asumí el desafío de ser directora en Fundación África Dream, manteniendo vivo el lazo con ese continente que transformó mi mirada. Desde esa experiencia nació el sueño de crear una fundación enfocada en las personas mayores, inspirada en los valores de empatía, respeto y comunidad que aprendí durante mi voluntariado.

Hoy miro hacia atrás y sonrío. El voluntariado en África no fue solo un viaje, fue el punto de inflexión que me ayudó a reconectar con mi propósito. Aprendí que cuando uno se atreve a salir de su zona de confort, se abre la puerta a una vida más auténtica, más plena y profundamente significativa.

Karla Jiménez
Africa Dream

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