A través del tiempo y hoy con la mirada puesta en los voluntarios, quienes como todos son un mundo en sí, con lo propio en sus exigencias, deseos y sueños como todo ser humano, comento que estos últimos siete años estando en relación directa con ellos, me hacen eco las palabras del biólogo y filósofo chileno, Humberto Maturana, quien manifiesta: “Solo en el mutuo respeto es posible la colaboración y eso requiere escuchar, tiempo para estar y ver el mundo del otro”.
La experiencia de un voluntariado no se limita a la cantidad de tiempo que alguien este en un lugar. Tenemos la experiencia de algunos que han estado años, otros por largos como por cortos periodos. Nadie es mejor que el otro por estar más o menos tiempo. Yo diría que el gran diferenciador en esta experiencia es la forma como asumes el enfrentarte a una cultura, idioma, y formas de ser distintas y el estar atento a lo nuevo, el escuchar y el darse tiempo a observar, esto pasa por el respeto que la persona desea darse para sí mismo y el otro.
Cuando revisito a los voluntarios que han estado en terreno africano mentalmente, me viene el recuerdo de sus estilos, sus funciones, sus profesiones y en ocasiones los juicios de algunos de ellos ante lo que vivían. Pensaría que la clave de satisfacción en un voluntariado tiene que ver más que con el que hacer, es el reconocimiento y recuerdo de las personas con las que estuvieron. Algo que toda sociedad agradece y más aún la africana, es sencillamente ser ambles, lo cual es una elección consciente y la que puede hacer una gran diferencia en la forma como te relacionas con el otro y como te sientes contigo mismo al final de una experiencia de vida como un voluntariado.
Rodrigo Mercado C.
Director Ejecutivo
Africa Dream
